El Espíritu renovando sin cesar su acción y sus dones trabaja constantemente por la unidad del cuerpo de Cristo. Como Espíritu de comunión que derrama en los corazones el don supremo de la caridad.
La escatología se percibe como "la realidad futura que no está precedida de una catástrofe apocalíptica. Se concibe
como una ciudad, la nueva Jerusalén, don de Dios a los hombres en el universo. El apocalipsis presenta una visión de la
historia muy semejante a la de Marcos. La destrucción de Jerusalén queda en el
pasado, y el proceso liberador de la humanidad está concentrado en la caída del
imperio romano, como realidad histórica, y prototipo del poder opresor". ( Ap 21-22). Shokel ( 1987)
La Mariología en
el apocalipsis la demuestra Dufour como " La maternidad no vale sino por lo de la mujer que vive sin
cesar los dolores y en el gozo del parto, figura tras la cual se perfilan todas
las madres desde Eva, madre de los vivientes, hasta la Iglesia, Madre de los
creyentes, pasando por la Madre de Jesús, María nuestra Madre:( Ap. 12. ) María como creyente y como redimida
y por su decisiva acción en la historia de la salvación, pertenece a la Iglesia
y representa el caso perfecto la consumación plena de los que forman la
Iglesia." (1972)
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